Este fin de semana ha sido intenso.
El sábado disfrutamos de una jornada muy interesante y completa, que se prolongó hasta las 22:30.
Comenzamos, por la tarde, con un recorrido para identificar árboles y arbustos en Undabaso. Con objeto de ayudar a la identificación, repartimos una pequeña guía de campo, elaborada con la colaboración de la Fundación BBK, en la que se incluyen todas las especies presentes en la zona, bien porque se han encontrado de manera natural o bien porque han sido plantadas por voluntarias y voluntarios de la Fundación a lo largo de estos años de proyecto.
Fuimos recorriendo los alrededores, pistas y terrenos restaurados por la Fundación, localizando ejemplos de diferentes especies y explicando la manera de distinguirlas y algunas características y peculiaridades. Al principio se hace complicado poder distinguir unas de otras, pero el reto es aprender una cada vez y, poco a poco, hacernos con un pequeño catálogo mental que nos ayude en nuestros paseos por la naturaleza.
Mientras paseábamos, el experto en murciélagos Javier Aizcorbe, miembro de la asociación naturalista MUR, dedicada al estudio y conservación de estos animales, nos fue explicando sus peculiaridades, siguiendo un pequeño dossier.
Al llegar a lo alto de la pista, nos topamos con un grupo de falsas acacias (Robinia pseudoacacia), una especie invasora que nuestros voluntarios y voluntarias se afanaron en eliminar. De paso, visitamos los terrenos plantados el año pasado y comprobamos, con mucha satisfacción, que todo marcha estupendamente.
Más tarde, hicimos una segunda parada junto a una charca y nos sentamos a escuchar. Javier retomaba la charla y nos explicaba que la imagen tan peyorativa que la sociedad tiene de los murciélagos no está justificada, puesto que estas curiosas criaturas reportan muchos beneficios para el ser humano. Comenzó a atardecer, hora en la que los muerciélagos salen de caza. De forma visual, ya que estuvieron volando un buen rato sobre nuestras cabezas, y utilizando detectores de ultrasonidos, conseguimos identificar cuatro especies distintas: el murciélago común o murciélago enano (Pipistrellus pipistrellus), el murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii), el murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) y el nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri).
El domingo pasamos la mañana en los brezales costeros de Getxo, un ecosistema incluido en la Directiva Hábitat como un hábitat prioritario bajo la denominación de "Brezales secos atlánticos costeros de Erica vagans", de modo que es imperativo protegerlos. Con ese pensamiento en mente, la primera parte de la jornada consistió en una labor divulgativa para concienciar a la población acerca de la riqueza de estos ecosistemas y de su singularidad faunística y botánica.
Una vez motivados, nos pusimos a eliminar especies exóticas como el taray (Tamarix gallica), un arbusto muy ramificado que puede alcanzar los 8 metros de altura; de hecho, nuestros voluntarios y voluntarias se toparon con un especimen difícil de pelar pero, gracias a su tenacidad y su entusiasmo, resultaron vencedores. Otra especie invasora a la que hicimos frente fue el azahar de la China (Pittosporum tobira), que puede alcanzar los 7 metros de altura y cuyo uso es ornamental debido a su alta resistencia a la contaminación en las grandes ciudades.
En general, la acogida del público fue muy buena, ya que los viandantes y los ciclistas se paraban y se interesaban por nuestra labor, e incluso hubo alguno que nos felicitó y se ofreció a ayudar. Eso sí, hizo mucho calor, pero el hamaiketako del final de la jornada nos quitó todos los males.
Finalmente, sólo queda agradecer, a todas las personas que acudieron, su interés y su trabajo. ¡Poco a poco lo conseguiremos!
Mientras paseábamos, el experto en murciélagos Javier Aizcorbe, miembro de la asociación naturalista MUR, dedicada al estudio y conservación de estos animales, nos fue explicando sus peculiaridades, siguiendo un pequeño dossier.
Al llegar a lo alto de la pista, nos topamos con un grupo de falsas acacias (Robinia pseudoacacia), una especie invasora que nuestros voluntarios y voluntarias se afanaron en eliminar. De paso, visitamos los terrenos plantados el año pasado y comprobamos, con mucha satisfacción, que todo marcha estupendamente.
Más tarde, hicimos una segunda parada junto a una charca y nos sentamos a escuchar. Javier retomaba la charla y nos explicaba que la imagen tan peyorativa que la sociedad tiene de los murciélagos no está justificada, puesto que estas curiosas criaturas reportan muchos beneficios para el ser humano. Comenzó a atardecer, hora en la que los muerciélagos salen de caza. De forma visual, ya que estuvieron volando un buen rato sobre nuestras cabezas, y utilizando detectores de ultrasonidos, conseguimos identificar cuatro especies distintas: el murciélago común o murciélago enano (Pipistrellus pipistrellus), el murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii), el murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) y el nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri).
El domingo pasamos la mañana en los brezales costeros de Getxo, un ecosistema incluido en la Directiva Hábitat como un hábitat prioritario bajo la denominación de "Brezales secos atlánticos costeros de Erica vagans", de modo que es imperativo protegerlos. Con ese pensamiento en mente, la primera parte de la jornada consistió en una labor divulgativa para concienciar a la población acerca de la riqueza de estos ecosistemas y de su singularidad faunística y botánica.
Una vez motivados, nos pusimos a eliminar especies exóticas como el taray (Tamarix gallica), un arbusto muy ramificado que puede alcanzar los 8 metros de altura; de hecho, nuestros voluntarios y voluntarias se toparon con un especimen difícil de pelar pero, gracias a su tenacidad y su entusiasmo, resultaron vencedores. Otra especie invasora a la que hicimos frente fue el azahar de la China (Pittosporum tobira), que puede alcanzar los 7 metros de altura y cuyo uso es ornamental debido a su alta resistencia a la contaminación en las grandes ciudades.
En general, la acogida del público fue muy buena, ya que los viandantes y los ciclistas se paraban y se interesaban por nuestra labor, e incluso hubo alguno que nos felicitó y se ofreció a ayudar. Eso sí, hizo mucho calor, pero el hamaiketako del final de la jornada nos quitó todos los males.
Finalmente, sólo queda agradecer, a todas las personas que acudieron, su interés y su trabajo. ¡Poco a poco lo conseguiremos!
En la jornada del 15 de junio colabora:
En la jornada del 16 de junio colabora:
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