El pasado domingo 22 de junio tuvo lugar la segunda salida organizada por la entidad bancaria Kutxabank, que en esta ocasión invitó a 44 afortunados clientes de la entidad con una salida en barco para ir a la búsqueda de cetáceos y aves marinas. Desde la Fundación Lurgaia sólo nos teníamos que ocupar del resto, la organización de una salida para disfrutar de un magnífico día, poniendo a los mejores guías, entre biólogos marinos, cetólogos y ornitólogos, a disposición de los afortunados, para darles a conocer a estos maravillosos animales y poder así descubrir un poquito más de ellos y, con ello, aumentar la concienciación sobre unos animales, en la gran mayoría de los casos, amenazados y con serios problemas de conservación.
El Golfo de Bizkaia es uno de los mejores sitios del mundo para ver aves marinas y cetáceos. En el caso de los cetáceos, en el golfo nos podemos encontrar hasta 24 especies diferentes, aunque en nuestras aguas once de ellas son las protagonistas; entre los "delfines" (llamados "odontocetos", que suelen ser de pequeño tamaño, con excepciones, con dientes y un solo orificio para respirar) nos encontramos con la marsopa común (Phocoena phocoena), el delfín común (Delphinus delphis), el delfín listado (Stenella coeruleoalba) y el delfín mular (Tursiops truncatus), el calderón gris (Grampus griseus) y el calderón común de aleta larga (Globicephala melas), el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), las orcas (Orcinus orca) y el cachalote (Physeter macrocephalus), y entre las "ballenas" (llamadas "misticetos", de mayor tamaño, con barbas y dos orificios para respirar) podemos encontrar al rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata) y al rorcual común (Balaenoptera physalis).
Gráfico de las especies de cetáceos más comunes en nuestras aguas
En el caso de las aves marinas, y a pesar de que esta época del año no es especialmente buena para su observación, dado el mayor número de especies existentes, las posibilidades se multiplican en cuanto al número de diferentes especies que podíamos encontrarnos.
Lámina de aves marinas de SEO / Birdlife
Los pronósticos volvían a ser inmejorables, mucho mejores que en la excursión llevada a cabo el pasado 8 de junio, con lo que con toda la ilusión del mundo, y después de una charla inicial de introducción de la salida que íbamos a llevar a cabo, las características del Golfo de Bizkaia y su importancia como hábitat de gran interés para cetáceos y aves marinas, además de dar unas pequeñas instrucciones sobre cómo desenvolverse por el barco y cómo entre todos podíamos ayudar a buscar y localizar a los diferentes animales (cosa que pasó por segunda vez... ¡Bien!). Dado que el tiempo es escaso, como siempre se les entregó a los asistentes un pequeño libretito con las explicaciones más importantes sobre la biología y ecología de los cetáceos y aves marinas, además de llevar multitud de guías de consulta sobre cetáceos, aves marinas, peces, escualos... entre otras. Una vez todo listo, embarcamos en el espectacular Hegaluze Barria para iniciar nuestra búsqueda durante cuatro horas de navegación a las 10:00 de la mañana rumbo norte.
La mañana empezaba mucho más animada que en la salida anterior, en la que a pesar de que pudimos ver media docena de Pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) y más de una veintena de preciosos, pero difíciles de observar por todos por su pequeño tamaño, de Paíños europeos (Hydrobates pelagicus), las gaviotas y los alcatraces estuvieron desaparecidos, lo que daba la sensación que en la zona había poco alimento...; en esta ocasión, por el contrario, cero paíños y una Pardela balear, dejaban paso tanto a las Gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) junto con alguna Gaviota sombría (Larus fuscus), así como a los Alcatraces atlánticos (Morus bassanus), donde de muy diferentes edades y con su gran envergadura (longitud de punta a punta con las alas extendidas) de hasta casi 2 metros de longitud, estuvieron presentes durante toda la travesía, lo que daba una muy buena sensación para la búsqueda de los cetáceos, y nos hacían el viaje mucho más ameno, eso sí, sin perder un sólo segundo de vista el horizonte...
Por fin empezaron los primeros sustos con lo que respecta a los cetáceos y, en el horizonte, en una mar en calma, aparecía una enorme línea de espumas o borreguitos que nos anunciaba que algo andaba por la zona. Cuando se empezaron a ver las primeras aletas, ya estaba claro, les habíamos encontrado. En esta ocasión, se trataba de un enorme grupo de Delfines mulares (Tursiops truncatus), de cerca de 80 ejemplares, muy disperso y que se mostraban bastante esquivos con el barco, manteniendo en todo momento las distancias con nosotros... Se trataba de un grupo con multitud de hembras con pequeñas crías, lo que hacía que escasos animales se acercaran un poquito más a la embarcación, pero lo justo y necesario... sin excesos..., eso sí, por momentos el barco estaba rodeado, y a pesar de que no se acercaron, fue una auténtica gozada!!!. Estos delfines, conocidos por todos por ser el famoso Flipper de la televisión o los más habituales junto con las orcas de los delfinarios, con su característico color gris, pueden llegar a alcanzar hasta los 4 metros de longitud y llegar a pesar hasta 500 kg, y aunque suelen ser mucho más activos y acercarse mucho más a curiosear, fue un avistamiento realmente bonito... teniendo en cuenta que estábamos disfrutando de unos animales salvajes en su medio natural a los que estamos acostumbrados a verlos en cautividad... ¡¡¡Gran diferencia!!!.
Después de disfrutar de los delfines durante un buen rato, les dejamos tranquilos y seguimos nuestro rumbo. Al de un rato, una nueva señal..., un lejano splash enorme en el agua dejaba paso a ver como un cetáceo de mediano tamaño daba saltos en el horizonte... para después desaparecer rápidamente. A pesar de que estuvimos esperando en la zona durante un buen rato, nunca más se supo, y aunque la experiencia nos dice que por la zona en la que nos encontrábamos, el tamaño y el comportamiento seguramente sería un zifio... nos tenemos que conformar con ¡¡¡cetáceo desconocido!!!.
Un nuevo avistamiento, esta vez, en forma de lomo y aleta apareciendo de golpe muy cerca del barco... que con su característico color marrón y su tamaño, era inconfundible... Un grupo muy disperso de cinco ejemplares de Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris) hicieron su aparición. También muy esquivos, siendo lo más habitual en esta especie, se dejaron ver escasos minutos, lo justo y necesario para observarlos de lejos, a excepción de un ejemplar que se acercó al barco, se sumergió... y nunca más se supo... A pesar de que estuvimos esperando 20 minutos por si aparecían de nuevo en la zona, esta especie, de hasta casi 7 metros de longitud y hasta 3.000 kg de peso, se caracteriza por batir el récord de buceo en profundidad a pulmón (recordad que son mamíferos y tienen pulmones como nosotros...), llegando a 137,5 minutos a casi 3.000 metros de profundidad, y si a eso se le añade que suelen ser animales bastante tímidos y esquivos..., esta vez no pude ser y no volvimos a localizar ningún animal...
Rumbo norte...
Por fin empezaron los primeros sustos con lo que respecta a los cetáceos y, en el horizonte, en una mar en calma, aparecía una enorme línea de espumas o borreguitos que nos anunciaba que algo andaba por la zona. Cuando se empezaron a ver las primeras aletas, ya estaba claro, les habíamos encontrado. En esta ocasión, se trataba de un enorme grupo de Delfines mulares (Tursiops truncatus), de cerca de 80 ejemplares, muy disperso y que se mostraban bastante esquivos con el barco, manteniendo en todo momento las distancias con nosotros... Se trataba de un grupo con multitud de hembras con pequeñas crías, lo que hacía que escasos animales se acercaran un poquito más a la embarcación, pero lo justo y necesario... sin excesos..., eso sí, por momentos el barco estaba rodeado, y a pesar de que no se acercaron, fue una auténtica gozada!!!. Estos delfines, conocidos por todos por ser el famoso Flipper de la televisión o los más habituales junto con las orcas de los delfinarios, con su característico color gris, pueden llegar a alcanzar hasta los 4 metros de longitud y llegar a pesar hasta 500 kg, y aunque suelen ser mucho más activos y acercarse mucho más a curiosear, fue un avistamiento realmente bonito... teniendo en cuenta que estábamos disfrutando de unos animales salvajes en su medio natural a los que estamos acostumbrados a verlos en cautividad... ¡¡¡Gran diferencia!!!.
Realmente esquivos los Delfines mulares (Tursiops truncatus),
pero igualmente un espectáculo precioso con sus pequeñas crías...
Después de disfrutar de los delfines durante un buen rato, les dejamos tranquilos y seguimos nuestro rumbo. Al de un rato, una nueva señal..., un lejano splash enorme en el agua dejaba paso a ver como un cetáceo de mediano tamaño daba saltos en el horizonte... para después desaparecer rápidamente. A pesar de que estuvimos esperando en la zona durante un buen rato, nunca más se supo, y aunque la experiencia nos dice que por la zona en la que nos encontrábamos, el tamaño y el comportamiento seguramente sería un zifio... nos tenemos que conformar con ¡¡¡cetáceo desconocido!!!.
Un nuevo avistamiento, esta vez, en forma de lomo y aleta apareciendo de golpe muy cerca del barco... que con su característico color marrón y su tamaño, era inconfundible... Un grupo muy disperso de cinco ejemplares de Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris) hicieron su aparición. También muy esquivos, siendo lo más habitual en esta especie, se dejaron ver escasos minutos, lo justo y necesario para observarlos de lejos, a excepción de un ejemplar que se acercó al barco, se sumergió... y nunca más se supo... A pesar de que estuvimos esperando 20 minutos por si aparecían de nuevo en la zona, esta especie, de hasta casi 7 metros de longitud y hasta 3.000 kg de peso, se caracteriza por batir el récord de buceo en profundidad a pulmón (recordad que son mamíferos y tienen pulmones como nosotros...), llegando a 137,5 minutos a casi 3.000 metros de profundidad, y si a eso se le añade que suelen ser animales bastante tímidos y esquivos..., esta vez no pude ser y no volvimos a localizar ningún animal...
Un ejemplar de Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris) que nos dijo hola y adiós...,
presentando características marcas para su identificación...
La salida llegó a su fin, con tres avistamientos, de los cuales sólo dos de ellos pudieron ser disfrutados..., y con ello, el barco puso rumbo a puerto. Un agradecido lunch de pintxos fríos y calientes nos esperaba en el puerto de Bermeo. Como siempre, buen ambiente y mucho interés que se respiró durante toda la jornada, con lo que el día no podía acabar mejor. Y un ejemplo del enorme interés, es la crónica que uno de que nos acompañaban hizo sobre la salida... ¡Mil gracias Juan Carlos!
Aquí os dejamos un pequeño vídeo "casero" (estamos aprendiendo... no seáis muy malos...), donde a diferencia de la otra salida, hay que agudizar más la vista para poder ver a los animales por el horizonte..., pero igualmente, da testimonio de los momentos tan especiales que se vivieron durante toda la salida...
Para verlo a mayor calidad, pincha en la pestaña con forma de ruletita de la barra y sube la resolución.
Por si acaso, os dejamos también el enlace
¡¡¡Muchas gracias a todos!!!
Si el tiempo nos lo permite, volveremos a la mar con nuevos navegantes de Kutxabank en octubre; sólo esperamos que todos los que nos acompañen de nuevo ese día, y por tercera vez, puedan tener la suerte otra vez de disfrutar de estos fantásticos animales salvajes en su medio natural.
¡¡¡Hasta la próxima!!!
Os hacemos saber que, además de las diferentes formas de colaboración con la Fundación Lurgaia (voluntariado, tienda de camisetas, socios, ...), como clientes de Kutxabank, podéis colaborar con la Fundación Lurgaia por medio de la nueva Visa Nakar Lurgaia. Solo tenéis que solicitarla en vuestra oficina Kutxabank más cercana y de este modo, y sin daros cuenta, nos estaréis ayudando en la conservación del medio ambiente.
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