Este pasado domingo 6 de octubre, y después de la buena experiencia de la semana pasada, tuvo lugar la segunda de las salidas organizadas por la entidad bancaria Kutxabank, que por medio de la realización de un sorteo ha premiado a cerca de un centenar de personas que tienen domiciliada su nómina en dicha entidad con una salida en barco para ir a la búsqueda de cetáceos y aves marinas. Desde la Fundación Lurgaia sólo nos teníamos que ocupar del resto, la organización de una salida para disfrutar de un magnífico día, poniendo a los mejores guías, entre biólogos marinos, cetólogos y ornitólogos, a disposición de los ganadores, para darles a conocer a estos maravillosos animales y poder así descubrir un poquito más de ellos y, con ello, aumentar la concienciación sobre unos animales, en muchos casos, amenazados y con serios problemas de conservación.
El Golfo de Bizkaia es uno de los mejores sitios del mundo para ver aves marinas y cetáceos. En el caso de los cetáceos, en el golfo nos podemos encontrar hasta 24 especies diferentes, aunque en nuestras aguas once de ellas son las protagonistas; entre los "delfines" (llamados "odontocetos", que suelen ser de pequeño tamaño, con excepciones, con dientes y un solo orificio para respirar) nos encontramos con la marsopa común (Phocoena phocoena), el delfín común (Delphinus delphis), el delfín listado (Stenella coeruleoalba) y el delfín mular (Tursiops truncatus), el calderón gris (Grampus griseus) y el calderón común de aleta larga (Globicephala melas), el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), las orcas (Orcinus orca) y el cachalote (Physeter macrocephalus), y entre las "ballenas" (llamadas "misticetos", de mayor tamaño, con barbas y dos orificios para respirar) podemos encontrar al rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata) y al rorcual común (Balaenoptera physalis).
Gráfico de las especies de cetáceos más comunes en nuestras aguas
En el caso de las aves marinas, siendo esta época del año especialmente buena para su observación, dado el mayor número de especies existentes, las posibilidades se multiplican en cuanto al número de diferentes especies que podíamos encontrarnos.
Lámina de aves marinas de SEO / Birdlife
Los pronósticos volvían a ser
inmejorables, con lo que con toda la ilusión del mundo, y después de una charla
inicial de introducción de la salida que íbamos a llevar a cabo, las
características del Golfo de Bizkaia y su importancia como hábitat de gran
interés para cetáceos y aves marinas, además de dar unas pequeñas instrucciones
sobre cómo desenvolverse por el barco y cómo entre todos podíamos ayudar a
buscar y localizar a los diferentes animales, embarcamos en el espectacular
Hegaluze Barria para iniciar nuestra búsqueda durante cuatro horas de
navegación a las 10:00 de la mañana rumbo norte.
A pesar de que desde el amanecer daba la sensación de que el cielo se iba a caer y no dejaba de llover, sobre las 9:00 de la mañana, la lluvia cesó y parecía que nos iba a dar una tregua una vez que embarcáramos. Recién salidos del puerto, y con los laterales cubiertos por si las negras cortinas de agua que nos amenazaban por ambas bordas llegaban hasta nosotros, empezaban a aparecer los primeros Peces luna (Mola mola), que con su inconfundible y raro aspecto se dedicaban a dar saltos a nuestro paso, algo muy habitual en su comportamiento y que realizan para desparasitarse al golpear su cuerpo contra el agua. A pesar de que en nuestras aguas suelen tener un tamaño máximo de unos 0.70 a 1 metro de longitud, pueden llegar a medir hasta casi 3 metros de largo y pesar más de una tonelada y media.
Un pez luna con una de las aletas fuera del agua, también un comportamiento muy habitual, y que siempre da la sensación de que está saludando.
(Esta foto no ha sido realizada durante esta salida)
Según íbamos avanzando hacia la plataforma de La Gaviota, ubicada frente a Bermeo y el Cabo Matxitxako, y mientras las cortinas de agua en el horizonte dejaban paso a un precioso arcoíris, nos encontramos con los primeros Alcatraces atlánticos (Morus bassanus), que con su envergadura de cerca de 2 metros y con sus diferentes coloraciones, desde los juveniles con sus preciosas tonalidades marrones, pasando por subadultos de color blanco y alas dibujadas con teclas de piano, hasta los espectaculares adultos con su resplandeciente plumaje blanco y su cabeza amarilla, nos iban haciendo el viaje muy ameno. Y no sólo eso, según nos acercábamos a ellos, descubrimos un festival de aves marinas en plena alimentación con los Alcatraces atlánticos sumergiéndose de cabeza en el agua, Gaviotas patiamarillas (Larus michaellis), Pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) y Pardelas sombrías (Puffinus griseus), un auténtico espectáculo.
El festival de aves marinas con un espectacular arcoíris de telón de fondo
Después de abandonar el enorme grupo de aves marinas, seguimos rumbo norte con la esperanza de localizar a algún grupo de cetáceos. La primera señal llegó en apenas una hora… un perfecto soplo de tamaño medio se dibujaba en el horizonte, pero no pudimos ver nada más de dicho animal. Con el barco parado durante un buen rato y todos los ojos concentrados en localizar al animal que nos había dado esa señal, no pudimos volver a localizarlo, con lo que con pena, volvimos a coger velocidad y recuperar nuestro rumbo.
Un aviso por radio nos ponía de nuevo en estado de alarma… Un barco nos comentaba que se encontraba con delfines alrededor, con lo que rápidamente nos dirigimos hasta dicha posición. Cuando llegamos, los animales habían desaparecido, con lo que de nuevo, nos quedábamos con las ganas. Eso sí, los habituales bonitos saltando nos iban dando falsas esperanzas.
Sin perder ojo de la mar...
Lo que no fallaron fueron las aves marinas… y, sobre todo, las terrestres que no dejaron de pasar durante las cuatro horas de navegación. Para haceros una idea, estas fueron las aves que se vieron…
Listado de aves avistadas.
(Gracias a Jesús, que ¡¡¡quemó la libretita con tanta anotación!!!)
La salida iba llegando a a su fin, y un último susto nos hacía parar el barco al grito de ¡¡¡Tiburón!!!. Mientras todos esperábamos con los ojos bien abiertos, apareció en la proa dando un coletazo y escapando de nosotros un precioso Pez espada (Xiphias gladius), que puede llegar a medir casi cuatro metros y medio (en el caso de los adultos la “espada” puede alcanzar aproximadamente un tercio de la longitud total) y a pesar unos 500 kilos de peso.
Las dos características aletas que podemos ver en superficie para su identificación
(Esta foto no ha sido realizada durante esta salida)
A pesar de que la mar estaba como
una auténtica balsa de aceite, y cerca de 100 ojos impacientes por poder
disfrutar de estos maravillosos animales no perdieron la vista de la mar,
parece ser que la zona por donde anduvimos no era ayer la más adecuada, y quién
sabe, igual mientras nosotros estábamos frente a las costas de Bermeo, Bakio, Arminza…,
llegando incluso a la zona del cañón de Cap Bretón, ellos se encontraban más hacia
el este o hacia al oeste, con lo que ningún ojo estaba allí para poder
descubrirlos. En cualquier caso, en el caso de los animales salvajes, como lo
son los cetáceos y las aves marinas, y que además ocupan un hábitat
inmensamente grande como nuestros oceános, es cuestión de suerte… Nuestra
salida no era a un aquarium, sino todo lo contrario, nuestra salida consistía
en disfrutar de animales salvajes en su medio natural, y aunque no hubo suerte,
sólo las cuatro horas de navegación, y más con el día tan estupendo que quedó, valieron
la pena, y de nuevo, nadie se mareó, con lo que…¡¡¡Bien!!!.
Una vez que el barco desembarcó
en Bermeo, y después de la foto oficial del grupo (no estamos todos dado que la
amable señorita no pulsó bien el botón…), un agradecido lunch de pintxos fríos
y calientes nos esperaba en el puerto de Bermeo, con lo que el día, a pesar de
que no se consiguió ver ni delfines ni ballenas pero si multitud de aves
marinas y terrestres en plena migración, así como peces muy interesantes, con
el buen ambiente que se respiró durante todo el día, acabó siendo realmente
bueno.
En definitiva, y después de las dos
experiencias llevadas a cabo, queríamos agradecer a Kutxabank el interés
mostrado para realizar este tipo de premios de naturaleza y contar con la Fundación Lurgaia
para llevarlas a cabo, a todos los participantes que habéis tenido la mejor
disposición, al Hegaluze Barria porque
como siempre nos ha ofrecido un gran servicio, al Ayuntamiento de Bermeo que
ante la posibilidad de lluvia que daban para esta segunda salida nos ofreció un
espacio cubierto que finalmente no fue necesario utilizar, así como a Miguel,
Marcos y Jesús, que de manera desinteresada sumaron sus experimentados ojos a
los nuestros para aumentar las probabilidades de localización de estos
maravillosos animales.
¡¡¡Muchas gracias a todos!!!
Os hacemos saber que, además de las diferentes formas de colaboración con la Fundación Lurgaia (voluntariado, tienda de camisetas, socios, ...), como clientes de Kutxabank, podéis colaborar con la Fundación Lurgaia por medio de la nueva Visa Nakar Lurgaia. Solo tenéis que solicitarla en vuestra oficina Kutxabank más cercana y de este modo, y sin daros cuenta, nos estaréis ayudando en la conservación del medio ambiente.
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