lunes, 28 de mayo de 2012

Una excursión muy salada


Este sábado tuvo lugar la segunda de las excursiones de este año 2012 con la visita al Valle Salado de Añana en Álava. En ocasiones las condiciones geológicas de determinados enclaves provocan la aparición de aguas saladas en zonas de interior muy alejadas de la costa. En la Comunidad Autónoma del País Vasco es posible observar algunos de estos peculiares ecosistemas, entre los que destacan las Salinas de Añana o el cercano lago Arreo, ambos destinos de esta excursión. 




Con un día veraniego, empezamos la mañana con una visita guiada por miembros de la Fundación Valle Salado de Añana de una hora de duración. Separados en dos grupos, en ella nos explicaron el origen y desarrollo de este peculiar sistema de extracción de sal, que se remonta a hace unos 5000 años. 

“La existencia de sal en Añana se explica por el fenómeno geológico denominado Diapiro. El emplazamiento actual de las salinas estaba cubierto hace más de 200 millones de años por un gran océano que al secarse dejó una capa de sal de varios kilómetros de espesor. Con el paso del tiempo, esta capa se fue cubriendo con nuevos estratos que la ocultaron definitivamente. Debido a la diferencia de densidad entre capas (algo parecido a lo que sucede cuando mezclamos agua con aceite), en algunos puntos muy concretos de nuestro territorio la sal ascendió a la superficie terrestre, y es en estos lugares donde podemos encontrar las salinas de interior como las de Añana. Tienen la fortuna de contar con varios manantiales que proporcionan diariamente en torno a 260.000 litros de salmuera con un grado de salinidad de unos 210 gramos de sal por litro.  

La época de elaboración de sal comienza generalmente en mayo y termina en octubre, si bien el periodo más productivo era entre junio y septiembre. El proceso de fabricación de sal consta de varios pasos. Comienza con el “llenado” de las eras con una cantidad de líquido que oscila entre dos y cuatro centímetros. Cuando el sol y el viento comienzan a evaporar el agua, se forman cristales en la superficie -conocidos como flores de sal- que aumentan de tamaño a medida que se van uniendo. Durante este ciclo es necesario “revolver” la muera cuando comienza a cuajar y de este modo, se consigue que la cristalización se produzca de manera uniforme y se evita que el producto se adhiera a la superficie de las eras. Una vez que la sal cristaliza, pero antes de que se evapore totalmente el agua, se procede a su recogida.” 








Además, descubrimos interesantes especies de flora y fauna, capaces de vivir en estos ambientes tan extremos, como por ejemplo, las artemias (Artemia parthenogenetica), un tipo de crustáceo muy pequeño de unos 2 cm de longitud, con más de 100 millones de años de vida sobre la tierra, o la pequeña especie de flora Frankenia pulverulenta, con hojas de hasta 5 mm, y cuya única población de toda la comunidad del País Vasco se localiza en las Salinas de Añana. 

Por último, la visita a las salinas tenía una sorpresa final, un maniluvio y pediluvio donde poder remojar los pies y las manos en salmuera y aprovecharse de sus beneficiosas propiedades terapéuticas, antes de comenzar la subida a nuestra próxima parada, el Lago Arreo. 





El lago Arreo es el único lago natural de la Comunidad Autónoma del País Vasco y es uno de los espacios lacustres más importantes. Está situado a 655 m de altitud y tiene una superficie de 15,5 hectáreas. Desde el punto de vista botánico se trata de un lugar excepcional por la rareza de las especies que se encuentran aquí, y se encuentra, al igual que las salinas, incluido en el listado RAMSAR de humedales de importancia internacional. 

Después de una paradita para comer y para reponer fuerzas de la subida al lago bajo el intenso sol, disfrutamos del entorno del mismo, conocimos diferentes especies de flora adaptadas a lugares tan salinos, comprobamos los efectos que la salinidad tiene sobre especies de fauna no adaptadas a dichos ambientes y disfrutamos de un gran numero de especies de orquídeas, que pusieron el broche final a este estupendo día. 






En definitiva, 
una interesante excursión con un ambiente inmejorable… 

Muchas gracias a todos!!! 

Nos vemos en la siguiente!!! 

(Como siempre, se nos olvidó hacer la foto de grupo, ¡¡¡qué desastre!!!)



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