lunes, 24 de septiembre de 2018

¡Gran jornada de voluntariado con Decathlon!


El pasado domingo 16 de septiembre, Decathlon nos invitó a celebrar su jornada anual de voluntariado ambiental. 

Conscientes de que el deporte, como todas las actividades humanas, genera un impacto en nuestro medio, Decathlon se pone manos a la obra y convoca a sus trabajadoras/es y clientes/as a diferentes actividades de voluntariado medioambiental con casi 6000 participantes a nivel nacional.

En Bizkaia contribuimos con ¡nada menos que 150 participantes! 

Charla inicial

Estuvimos en Getxo, entre punta Galea y la playa de Azkorri, un hábitat de especial interés para la conservación, los llamados “Brezales costeros con Erica vagans”. Considerado como prioritario por la Directiva Hábitats, se caracteriza por la presencia de especies de brezo resistentes a los ambientes costeros (Erica vagans y E. cinerea) y dos especies de aulaga, Ulex europaeus y U. gallii, propias de los brezales atlánticos, además de especies propias de ecosistemas litorales (Angelica pachycarpa, Silene uniflora, Armeria maritima, Plantago maritima, Leucanthemum crassifolium…). Son ecosistemas muy frágiles, por sus peculiares condiciones ambientales –viento, salinidad, tipo de suelo, etc y su destrucción podría provocar la desaparición de algunas especies vegetales.


Curruca cabecinegra
Algunas especies de flora presentes en la zona

Es un lugar de esparcimiento y deporte. Algunas personas no utilizan el paseo cementado y se crean senderos, lo que afecta a flora y fauna porque hay aves que habitan y nidifican entre los brezales y porque el pisoteo impide que las plantas arraiguen y acelera la erosión.

Senderos erosionados por el pisoteo y el paso de bicicletas

Junto con el Ayuntamiento de Getxo, llevamos años trabajando en la zona y la recuperación es evidente. Pero una pequeña parte de usuarios se muestran molestos porque la totalidad del espacio no sea ciclable y, periódicamente, aparecen vallados cortados, carteles destrozados y algunos corredores y ciclistas siguen utilizando senderos fuera de pista, pisoteando las zonas sensibles. El trabajo de divulgación es muy importante en la zona.

Carteles indicativos dentro de la zona vallada

Existe otro problema con las especies invasoras. Por ejemplo, los Tarays o tarajes, que se conocen erróneamente como tamarindos y se tienen como autóctonos, pero no lo son. Son especies exóticas invasoras, que desplazan la vegetación propia de la zona. 

Eliminación de Taray

Esta jornada de voluntariado sirvió, no solo para sensibilizar a las personas voluntarias. Los paseantes y deportistas que pasaban por la zona, mientras duró la actividad, mostraron curiosidad, preguntaron y se informaron para tomar conciencia del problema.
Carteles informativos en el lugar de trabajo

El día fue soleado, así es que nuestros voluntarios sudaron bien las camisetas que Decathlon les obsequió por su colaboración.


La actividad comenzó con una breve explicación acerca de la Fundación y la actividad que íbamos a realizar y el reparto de guantes, hachas y tijeras. Ya de camino, realizamos una parada para explicar la problemática in situ y comprobar el impacto del pisoteo sobre la vegetación.


Cuando llegamos a la zona de la actuación, fuimos dividiéndonos en grupos. Un primer grupo se quedó en la primera zona con dos masas de Tarays, una de ellas pequeña, que nuestros voluntarios borraron enseguida y la otra, tan grande que no pudimos eliminarla por completo, aunque redujimos considerablemente su tamaño.



El trabajo en cadena facilita la labor. Unos, provistos de hachas y tijeras, cortaban las ramas de Tarays, otro pequeño grupo transportaba mediante cadena humana esas ramas hasta el vallado y fuera esperaban más voluntarios que transportaban el material hasta unos montones que más tarde recogerían los servicios municipales de limpieza. De esta manera, la cantidad de personas y de pisadas dentro del vallado se optimizó al máximo para evitar deteriorar las zonas recuperadas.


Proceso de trabajo sobre una gran masa de Tarays

El resto de voluntarios se desplazó a otra zona donde también se dedicaron a eliminar un grupo de Tarays y algún Pitósporo grande (Pittosporum tobira) que quedaron bastante reducidos después de nuestro paso. Esta actividad, que no es estrictamente deportiva, sirve para ejercitar los músculos, soltar adrenalina y desarrollar la habilidad manual. ¡Seguro que más de una/o tuvo agujetas al día siguiente!

Eliminando un ejemplar de Pitósporo

Las familias que iban con peques, se encargaron de eliminar un sendero que presentaba mucha erosión mediante el removido de la tierra de los taludes y el posterior alisado. Y aquí, 120 ejemplares de nuevos brezos (Erica Vagans) fueron plantados para favorecer y acelerar la recuperación de la zona. Y aunque los txikis no pueden hacer tanto trabajo como los adultos, nos gusta pensar en su ayuda como una inversión a futuro. Esta experiencia se les grabará para siempre y así garantizamos la nueva cantera de voluntarias y voluntarios para el futuro.


Senderos con fuerte erosión
Eliminación de los taludes
El aspecto de los senderos después de la jornada

Nuestras voluntarias y voluntarios hicieron un trabajo increíble y la zona cada vez presenta un aspecto más natural. No obstante, sabemos que todo no acaba aquí y que queda mucho trabajo por hacer. Y seguiremos volviendo y seguiremos trabajando porque este es un ecosistema que necesita de todo el cuidado y, sobre todo, de toda la concienciación posible para mejorar y conservarse.

Merecido descanso y avituallamiento al final de la jornada

Gracias a Decathlon por confiar a nosotros 
y un gigantesco GRACIAS a todos por participar.

¡Sois increíbles!

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