viernes, 8 de noviembre de 2013

La importancia de la recolección de semillas de especies autóctonas


El pasado sábado 2 de noviembre, tuvo lugar la última de las actuaciones de voluntariado ambiental que de manera regular se llevan a cabo durante todo el año. En esta ocasión, esta actuación se encuentra enmarcada dentro del proyecto "Conociendo paso a paso la restauración de nuestros bosques autóctonos", subvencionado por el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco dentro de la línea de subvenciones a entidades privadas sin ánimo de lucro que realicen proyectos de voluntariado ambiental, cuya resolución ha tenido lugar el pasado 20 de septiembre, y por la que actuaciones como las llevadas a cabo este año 2013, dentro del Programa Quercus de conservación y restauración de nuestros bosques autóctonos, en Munitibar, Busturia, Alonsotegi, Bedarona y en el vivero de planta autóctona, así como otras tres (incluyendo esta última de recogida de semillas) que nos quedan de aquí a final de año, han sido y serán subvencionadas en el marco de dicho proyecto. 

Como ya hemos explicado en numerosas ocasiones, y en esta no podía ser menos, uno de los criterios más estrictos que usa la Fundación Lurgaia a la hora de desarrollar proyectos que tengan que ver con nuestras masas forestales es el origen de la planta. La cuestión no es únicamente utilizar especies autóctonas sino hacerlo con estirpes locales. Especies como el roble pedunculado (Quercus robur) llegan a alcanzar zonas tan lejanas de la nuestra como Escandinavia o Turquía y sus poblaciones tienen una alta variabilidad genética por lo que usar sólo la especie no es suficiente. La necesidad de utilizar ejemplares locales no se debe exclusivamente a que son los que mejor están adaptados a nuestro clima sino a que el uso de estirpes no locales puede provocar una peligrosa contaminación genética con nuestras poblaciones.

La variabilidad genética tiene mucho que ver, entre otras circunstancias, con las diferentes estrategias que las especies que nos rodean utilizan en su dispersión y mientras muchas lo hacen a través del viento (sauces, álamos, fresnos o arces), otras lo hacen en los buches de las aves migratorias (espinos albares, tejos, acebos) y algunas más a través del agua, de la propia planta o de la gravedad (los robles o las hayas).

Por ello, durante la jornada la actividad principal consistió en la identificación de los árboles y arbustos autóctonos y la recogida de las diferentes semillas nos pudiéramos encontrar a lo largo de un recorrido en el ámbito de la cuenca del Arroyo Amunategi en Busturia, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde desde el año 2003 se está llevando a cabo el proyecto “Restauración Ecológica del Arroyo Amunategi.


El arroyo Amunategi en Busturia


En primer lugar, y como es habitual en las diferentes jornadas de voluntariado ambiental, se explicaron los diferentes aspectos sobre la importancia de disponer de un vivero propio de planta autóctona y la importancia del origen de la planta por medio de actuaciones como la recogida de semillas de especies autóctonas y con garantía de origenAlrededor de cerca de una veintena de voluntarios, empezaron la jornada en el bonito Robledal de Aingerubide, donde se llevó a cabo la selección y recogida de semillas procedentes de dos especies típicas de nuestro territorio, como el roble pedunculado (Quercus robur) y el laurel (Laurus nobilis). Las semillas recolectadas tendrán tratamientos diferentes en adelante y mientras las bellotas serán guardadas en las mejores condiciones hasta la fecha de su siembra gracias a la colaboración existente entre la fundación y el vivero de planta autóctona Bertoko Basoa, en el caso de las semillas de laurel, una vez quitada la pulpa que les rodea, serán sembradas a lo largo de este otoño. 





Una vez recolectadas dichas semillas en el entorno de Aingerubide, nos dirigimos río arriba mientras se aprovechaba el recorrido para explicar el proyecto Amunategi, donde desde el año 2003 se está llevando a cabo la restauración del bosque autóctono, por medio de una actuación imprescindible, el cambio de uso del suelo de antiguas plantaciones forestales de pino y eucalipto a plantaciones de árboles y arbustos autóctonos, de estirpes locales y con garantía de origen. Diez años después desde la primera plantación en uno de los terrenos en custodia, y a pesar de que se han desarrollado de una manera espectacular, todavía no han alcanzado la madurez necesaria para empezar a dar semillas, con lo que sólo pudimos disfrutar de ellos, de su evolución y de lo espectacular del lugar, que resalta en su máxima expresión, en uno de los sitios más emblemáticos de Amunategi, la extraordinaria pared del helecho paleotropical Woodwardia radicans, con cuya visita dimos por finalizada la jornada.



La impresionante pared de Woodwardia radicans



Como siempre, el trabajo de los voluntarios fue excelente, y la recogida de semillas...
¡¡¡Todo un éxito!!!


 Semillas de roble pedunculado (Quercus robur)

 Semillas de laurel (Laurus nobilis)



¡¡¡ Muchas gracias a todos!!!



Y recuerda..., 

la campaña "CONTIGO MÁS ÁRBOLES" sigue abierta





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